NOSTALGIAS, BUENOS AIRES

Y se me pianta un lagrimón. 
Frente a una postal añeja desde España. Sujetar una foto sepia y recorrer con el índice los rostros familiares que no conocí. 
Un domingo tan lleno de sol que en el recuerdo se vuelve una luz. Dos viejos en la vereda, quietos en sus sillas de patas de metál, respaldando en un plástico marrón. 
Encontrarme en la casa de mis abuelos un recuerdito pasado de moda brutalmente arrancado de contexto. 
Escuchar un tango en el tocadisco. Acostarme en el piso y de tanto en tanto observar como la púa se hunde en los surcos del disco reproduciendo Pampero, y tarareando la melodia entregarme a sus versos: Grito de la llanura que reclama / su fiera y orgullosa soledad /sos viento de una estirpe que proclama/ la altivez de su ruda libertad.
y nuevamente me emociono, y me aferró de manera infantil, a ese insulso decir: "todo tiempo pasado fue mejor". Pero es que, el alma nostálgica no renuncia nunca frente al futuro. Y mira siempre hacia atrás. Ancla mar adentro, en la profundidad del calado infinito. En la soledad de capitán de barco, rumbo a los antiguos mares. Y prefiere desde allí ver a lo lejos las luces de un faro, los destellos de la modernidad. Sujeto a la proa en el vaivén mareado. moviendose entre la niebla de la noche oscura. En el cielo abierto de negro cerrar los ojos.
Abrirlos, para tocar tierra. Y me reencuentro. la habitacion de la casa de Floresta. Balbuceando otro tango, triste y feliz acurrucarme a un cacho de Buenos Aires que Cadícamo me arrima...En esa pasividad de solos, encontrar comodidad, detenerme y quedarme amarrada al recuerdo

Foto: archivo familiar(galicia)

CUANDO DUERMES EN LA LLUVIA

Quererte ahora, se ha vuelto tan real, 
imperfecto, insostenible, 
tan genuino y presente. 
Con tus/mis varios defectos. 
Quererte en esta forma, que no discrimina. 
Que no encuentra contradicción. 
Y que en el aluvión de sensaciones, 
solo comienza a encontrar cotidaneidad . 
Y de repente sentirte parte de mi 
en ese momento intensamente vivido (en acto). 
Helarnos en un abrazo en este atardecer tan lleno de sol. 
Acaso en este instante eterno nunca oscurece,
nunca amanece. 
y esto somos amor... 
este cachito de momento, 
este fragmento de jueves, esta madrugada de viernes, 
este atardecer de martes.
 La ilusión de un porvenir. 
utopías de "ahoras" eternos...




Me obsesiono tratando de mirar esa gota que se desliza sobre el vidrio, pero es casi imposible, llueve de manera copiosa y las gotas se enciman, cayendo unas sobre otras. Cayó una más grande sobre la que miraba y ahora juntas, con más fuerza se dirigen hacia el marco de la ventana. Afuera un cielo triste se adueña del día y lo torna oscuro. Es como si la noche hubiera venido a las 5 de la tarde. Y me siento chiquita en medio de tanto derroche climático. De repente un relámpago gigante, me llena de ansias de escuchar el trueno que vendrá.
Luego de un rato, comienza a ceder la lluvia, pareciera que el cielo necesitaba gritar y rugir para sentirse mas aliviado. Ahora el sonido se hace más suave, constante, y me permite escucharte. Duermes. Pero más allá de la quietud que aparentas percibo el fluir interno de tu cuerpo, que es como la lluvia… suave y constante. Captas toda mi atención y me acerco a tu cuerpo para oírte más de cerca. Te oigo y te contemplo. Tu nariz perfecta que asoma del rostro pueril. El aire que respiras y baila allí dentro, que viaja inconstante por tu garganta entre paredes raspadas. De repente, te cuesta respirar, pareciera que el aire no siempre quiere bailar. La expresión de tu cara es levemente molesta. Y me encuentro a mi misma con una sonrisa puesta en mi rostro, quiza porque tu expresión me da ternura; nose, quiza porque en todo este ritual, intuyo, la plenitud inmensa me llena, quiza porque esto tan magico, es tangible y real.
Nuevamente el aire viaja con frenesí y llega cansado a tus pulmones que lo respiran hasta el último estertor. Te llenas… y veo como tu pecho se eleva. El diafragma quiere volar hacia el cielo gris que nos mira allí afuera. Es como si te escaparas en vuelo. Pero hay un techo y por suerte, como un pájaro, planeas en caída libre volviendo a tierra firme. Tus pulmones sueltan lo invisible y ahora nuevamente reposan descansados en mí. Bajas a mi lado como un ángel caído, con toda tu humanidad reluciendo. Y entonces contenta, te respiro en un una bocanada profunda...
Una gota corre a toda velocidad por el vidrio, pero detrás como en tercer plano descubro algo. Una cortina de agua mimetizada con un fondo. Veo la mezcla de madera y lluvia. Las ramas del árbol humedecido. Esa trama casi transparente de líneas diagonales que llueven del cielo confundidas con el tronco anciano surcado de arrugas. Son las hojitas del Fresno Dorado empapadas de llanto. Que belleza sentida…, te miro para ver si despertás y compartís conmigo la visión. Quizá quieras como yo jugar a ver y no ver la lluvia. Notarla cuando se hace invisible en el trasfondo celestial. Pero continúas soñando y no querría despertarte. Aunque no se, puede que todo esto sea el sueño.
De repente te mueves, es como si te hubieran despertado mis pensamientos, como si mi silencio gritara en esta tarde. De seguro oyes mi silencio cantándote la melodía de la lluvia. Te acurrucas, cambias de posición e inspiras con fuerza, como volviendo a empezar. Ha quedado tu corazón sobre el mio. Y tu muñeca en mi cintura me hace sentir tu pulso latiendo al compás de la llovizna. Es la armonía espeluznante del universo. Y como para hacer mas alucinante la armonía y placentera la sincronizacion, como muchas otras veces,  me pongo a respirar a la par tuya. Nos llenamos de oxigeno y lo soltamos a la deriva, y todo a la par...
Que hermoso, la lluvia ha parado y fluyes con el agua escurridiza. Tus pulsaciones juegan con el ritmo de las gotas vibrando en la canaleta.Como una seguidilla de corcheas nuestros latidos cantan la vida. Y así a medida que el agua se bifurca por alcantarillas y se evapora…, tus sueños vuelan con las nubes, arrastrados por el viento. La tarde se despeja, la oscuridad se aclara y comenzás a abrir tus ojos. Tus bellos ojos