LA OLA



Por momentos miro con ojos nuevos…
Y en ellos, todo me descubre.
Son ojos que estrenan ocasión,
Rasos al sentir, rasos al amar.
Ojos desprovistos de conciencia,
que ingenuos todo miran.

Hasta que algo se detiene, otros ojos,
puros, trasparentes como el mar.

Y sin notarlo, me aventuran mas allá.
Como una ola me envuelven,
Me abrazan hacia dentro.

Y de repente me entrego a la corriente,
Me dejo abrazar en el vai-ven,
Y pronto me templo con el mar
Placida en la infinidad

Y pasa, pasan, pasamos,
me rodea este tu a-mar,
Dando vueltas sin parar.
Y el fondo nos hace un techo,
La ola encuentra razón.
Suave tu espuma me ciñe,
Me acerca, me lleva, me deja.
Perdida despierto en tu orilla…

LA LOCURA



"Escribir en salud,... es mejor",
me dijo una loca rehabilitada,
que recuerda no haber podido escribir nada bueno
en sus periodos de locura y delirio mental...
"Para escribir hay que estar bien...", quiso concluir
y cuanta razón tenían esas palabras heridas,
y cuanto las comprendo aún sin ser loca,
"En el Montes tuve un amigo que escribía, ...
y era visceral la diferencia entre lo escrito en crisis,
y aquello que escribió en salud, en rehabilitación..."
mientras esta amiga me contaba el proceso creativo,
no pude evitar sentir lo cerca que esto me toco...
la diferencia entre estar bien y no...
lo bello de un mensaje esperanzador escondido
entre las líneas de los relatos que escribí con alegría,
y el vacío inocultable de mi alma, en frases sueltas...
"Soy de las que piensan que el arte es belleza,
son ganas de vivir, la evasión a la muerte... elevación"
enfatizó en tono explicativo y supremo,
y hay tanto de cierto en lo que dijo...
ya no quiero escribir acerca del dolor,
no quiero hurgar recuerdos que hoy no tengo,
quiero mirar hacia delante, sobreponerme,
evadir la muerte, evadir la muerte en vida,
quiero escribir en salud de alma, ...
como aquella salud que tu compañía me dio
que inspiro magia y ficción en mis cuentos,
yo era feliz y por eso lo que creaba tambien.
"Cuando estas loco, estas ausente,
y es tan fuerte la desconexión con el mundo,
que entras en tus propios e inventados delirios,
necesitas ese mundo irreal donde evadirte",
me transmitió con cruda sinceridad esta mujer.
No quiero ser un manojo de delirios
buscando cause en palabras muertas,
no quiero viajar a lo ilusorio, a lo que no es
sino quedarme con lo que soy
tocando el cielo con las manos,
deshaciendome de todo el horror,
Ser aquello que desprendo de mi, con palabras,
aquellos seres de cuento que existen en mi,
quiero volver a encontrarme con mis personajes,
retomar mis historias en las suyas,
que mi vida y los cuentos sean uno,
¡¡porque ellos son mi creación,... y no yo la suya!!!
evitar el delirio y la angustia de lo que no es saludable
revertir la locura que me quiere hacer creer que:
ni yo ni mis personajes somos nadie....

LA CUNA DE LA LUNA



Te aprisiono contra la cerca de la tierra en la que habito. Entrelazo mis dedos con los tuyos, allí contra los muros. Mis yemas te sienten intentando vencer barreras. Traspasando la piel. Pero te sujeto y te aprieto con fuerza. Y es fuerza que acaricia, lo sabés …
Puedo sentir como te erizas, como mis manos te inquietan, mis terminaciones nerviosas te electrocutan. Somos dos a sentirse… y ahora soy yo quien se eriza, y vos me empezás a sentir en la punta de tus dedos. Y nos gusta ver que la distancia se pierde, los brazos se acortan, los codos se quiebran, las mentes se encuentran. Tu mundo y el mío, comienzan a asemejarse.
Y entregarnos a este juego de sentidos agudizados que propone la oscuridad. Sentir solo sentir a ojos cerrados. Y adivinarnos en la respiración, en el ritmo jadeante del aire. Tu piel contra la mía. Una boca, que a mi oído, grita en silencio el fervor que la inspira. El aire que exhalas como susurros para mis hombros. Las palabras que escribo en tu espalda con mis dedos. El punto final que sella la frase que recorre tu espina dorsal.
Algo estallará pero aún se contiene. Vendrá la tormenta, la veo en el aire conmovido, en las pieles sedientas. Y lo disfrutamos porque sabemos que detrás está la calma. Y cuando todo pase, este abrazo cerrado se soltará, y se volverá libre...
Me miras, te miro. Reconozco la calma pasajera. Es ésta, la que habita en nuestros ojos, en este momento justo antes de que el universo haga explosión e implosión. Un segundo de paz, para decirnos con la mirada, lo que en un segundo será abrazado por el fuego.
La furia vendrá de nuevo..., oscilante entre el delirio y el placer. Me abrazas con fuerza y tu pecho se ahoga con el mío. Y nos aprisionamos, nos retorcemos, nos enredamos, temblamos y luego gritamos. Y sentimos el máximo que podemos sentir. Tan fuerte, tan dentro. Tan cerca, tan cerca nos tenemos…
Y ahora en paz querer dormir. Y movernos lento en la cuna de la luna. Suaves tus manos, dulce el cariño, tan cerca tu latir al mío.